Hace unas semanas tuve el placer de ser entrevistada por Irene Nehri, de Mujer 360. Hablamos de Nutrición Emocional y Alimentación Consciente y cómo la alimentación no va solo de los alimentos físicos que ingerimos sino que tiene en cuenta todo lo que somos: también un cuerpo emocional, mental, energético y espiritual. Cada uno de ellos tiene unas necesidades diferentes y todo lo que ingerimos en cada uno repercute en la salud de todos los demás.
De hecho, la alimentación más importante es la del alma, la totalidad de nuestro Ser. ¿Cómo estamos alimentando a nuestra niña interior, nuestro espíritu, nuestra alma? ¿Hacemos cosas en el día a día que nos hacen felices o por el contrario vivimos en el “día de la marmota”?
Esto que parece tan sencillo es enormemente complejo cuando lo trasladamos a las dinámicas que existen en la vida diaria de las personas. En terapia y en clase veo muchos ejemplos de ansiedad, tristeza, estrés, depresión… que están relacionadas con esta falta de conexión con nuestro propósito vital y con el placer y disfrute de la vida. Placer y propósito van de la mano, porque solo podemos dedicarnos de corazón a aquello que nos da gozo.
Otro tema muy importante que trabajamos en clase y en consulta es el de alimentación consciente. La alimentación es para muchas personas una gran olvidada. Cuando pregunto qué comen muchas veces recibo como respuesta “cualquier cosa”. No le damos importancia y no observamos lo que comemos, no nos cocinamos o no sabemos los nutrientes que ingerimos ni somos conscientes de que pueda estar faltándonos alguna cosa. Tampoco lo disfrutamos, no somos conscientes de los sabores, olores y texturas porque vamos muy apresurados. Comer de cualquier manera no nos alimenta igual que comer con consciencia.
Me gusta considerar la comida como un acto de amor hacia nosotras mismas. La alimentación es uno de los pilares del estilo de vida y algo que tiene un gran impacto en nuestra salud, y además de eso es una manera de darnos placer, de disfrutar, de jugar con nuestra creatividad, de meditar, de compartir. Cuando me cocino o cocino para los demás me gusta pensar qué cocinaría si se sentara Dios a la mesa. Y Dios soy yo y eres tú y somos todos. Una buena manera de empezar a comer mejor y con amor hacia nosotras mismas es recordar esto.
La responsabilidad de nuestra propia salud es nuestra. Solo nosotras sabemos lo que nos hace bien, y para ello tenemos que prestar atención a lo que comemos, cómo nos sienta, si nos gusta o no, si lo hacemos plenamente o de forma rutinaria, con o sin estrés… Siempre recomiendo que cuando comamos haya silencio y nos tomemos nuestro tiempo entre bocados, incluso dejando los cubiertos en la mesa. Cuando hay distracciones (tele, móvil) no podemos estar presentes en ese acto de amor y de nutrición tan esencial para nuestra vida.
En la alimentación consciente no hay culpa. La culpabilidad que sentimos en torno a la comida es muy dañina y nos hace más daño que la comida en sí. Si la comida es un acto de amor, deberíamos tomar plena consciencia de ella y flexibilizarnos. Puede que estemos intentando adelgazar o comer mejor para tratar alguna enfermedad, pero si cuando comemos “mal” nos culpabilizamos y nos castigamos, solo estamos echando leña al fuego. A menudo las personas que emprenden una dieta muy diferente a la que están acostumbradas tienen recaídas, y cuando las tienen se culpabilizan mucho. Lo mejor sería, en lugar de eso, dar los pasos que son posibles para nosotras en este momento. Paso a paso se llega a nuestro destino. Si eres de esas personas, es mejor empezar pequeño y no intentarlo todo de golpe.
La comida es amor. La culpa y la exigencia nos alejan del amor y hacen que nos acerquemos a la comida con miedo, temerosas de “caer en la tentación” o de fallar en nuestros propósitos. En vez de eso te invito a que observes lo que comes y por qué lo comes, encuentres las necesidades profundas de tu alimentación y te des lo que necesitas realmente. Mucha del hambre que tenemos es emocional y es lo que nos conduce a comer esos alimentos poco saludables que nos gustaría evitar, por lo que si sentimos hambre emocional lo mejor es que la utilicemos como una señal de que algo dentro de nosotras necesita que lo atendamos amorosamente.
Y si lo que buscamos es hacer un cambio, lo más importante que podemos preguntarnos es si nosotras realmente queremos hacer ese cambio. Mucha gente viene a terapia o plantea sus propósitos en las formaciones pero en realidad no quiere atravesar el proceso que requiere su objetivo. Y está bien. Puede que no sea el momento para ellas. Hay que ser consciente de si ese cambio en nuestros hábitos viene por presiones externas y “deberías”, porque el médico nos lo ha dicho o porque la familia nos lo está señalando o porque no nos gusta nuestro aspecto físico… o viene por un genuino deseo interior de cambiar hacia una versión de nosotras mismas más saludable y más consciente.
Pero el cambio siempre tiene un precio y no siempre estamos dispuestos o preparados para aceptar ese precio y embarcarnos en el viaje de crecimiento personal que requiere. Entender eso y ser amables con nosotras mismas cuando no estamos preparadas es fundamental para poder vivir nuestra propia vida en total coherencia y siguiendo nuestro propio ritmo, no el ritmo que impone el exterior.
Finalmente, te quiero dejar con un consejo para empezar a alimentarte más saludablemente. El consejo es que empieces relacionándote más estrechamente con aquello que comes. Come en casa al menos una vez al día y cocínate tu propia comida. Entra en contacto con los alimentos que vas a ingerir. Si puedes, cómpralos tú en el mercado y escoge alimentos frescos y de temporada. Todo esto va a ayudarte a crear una relación con la comida y con la cocina, convirtiendo un acto rutinario en un acto de amor hacia ti misma.
En la entrevista con Irene me extiendo mucho más sobre todos estos temas y menciono algunos otros consejos y puntos de vista de la nutrición emocional. Si lo que te he contado en el artículo te ha parecido interesante, estoy segura de que la entrevista te gustará:
Entrevista de Irene Nehri a Aroa Fernández en Mujer 360
La filosofía que he compartido contigo hoy es la que imparto en mis formaciones, talleres y consultas. Es mi filosofía de vida, así que por supuesto es lo que comparto en todo lo que hago.
En particular, Cocina vegetariana y saludable es la formación anual en la que aprendemos unas bases de nutrición imprescindibles para que puedas tomar la mejor decisión para ti. Pero, sobre todo, lo que aprendemos es a escucharnos y saber lo que realmente nos hace bien a nosotras, integrando esta visión libre de juicios y culpa en la que la cocina es un acto de amor hacia nosotras mismas. El curso de Iniciación a la Cocina vegetariana y saludable es una alternativa para quien solo quiere cocinar y empaparse de la alimentación vegetal preparando recetas.
En Asesor/a en Nutrición Emocional y Alimentación Consciente vamos más allá del cuerpo físico y la alimentación como un proceso orgánico y aprendemos a alimentar también nuestro cuerpo emocional, reconociendo lo que nos da placer y goce, lo que está alineado con nuestros valores y nuestro propósito vital, e integramos herramientas que trabajan con los cuerpos mental, emocional, energético y espiritual.
Si quieres transitar el cambio acompañada, te invito a que descubras mis formaciones. La formación integral y el curso de iniciación de cocina vegetariana y saludable son presenciales en Valencia, España, y Asesor/a en NEAC es tanto presencial como online en streaming y tenemos alumnos de todas partes del mundo.
Si quieres más contenido como este, únete a mi newsletter
Si te ha gustado este artículo, te invito a suscribirte a mi newsletter, en la que comparto más artículos como este y otro contenido exclusivo para suscriptores, como recetas descargables y ejercicios de nutrición emocional y alimentación consciente.