el tomate un superalimento - estudios científicos y medicina tradicional china

El tomate: qué dicen los estudios científicos y la Medicina Tradicional China

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El tomate es un alimento que encontramos prácticamente en todo el mundo, es el protagonista de ensaladas, sofritos y muchas salsas y además resulta ser un superalimento. En las últimas décadas se ha estudiado extensamente sus propiedades, poniendo el foco sobre todo en uno de sus compuestos principales, el licopeno, y se han creado todo tipo de suplementos con este principio activo.

Sin embargo, como sucede con muchos otros compuestos de las plantas, el principio activo aislado no es tan efectivo como el alimento completo, y de hecho en algunos casos su forma aislada puede resultar incluso dañina. Lo mejor es comer los tomates enteros y cuando es su estación, el verano (y cada vez más la primavera, debido a las altas temperaturas y variedades tempranas).

El tomate es un ingrediente esencial en muchos platos tradicionales. En Italia es la base de la clásica salsa de tomate de los espaguetis a la boloñesa, lasañas y pizzas. En España se utiliza en el gazpacho y en la paella, aportando frescura y sabor. En México se usa en salsas como el pico de gallo y en guisos como el pollo con mole. En Grecia se encuentra en la ensalada griega junto con pepino, cebolla y queso feta. En la India el tomate es un ingrediente clave en currys y chutneys, y en Turquía se utiliza en el menemen, un revuelto de huevos con tomate, pimiento y especias.

En este artículo vamos a ver los orígenes del tomate y su uso tradicional, los estudios científicos más importantes sobre el tomate y el licopeno y la visión holística sobre este alimento que nos aporta la Medicina Tradicional China.

los orígenes del tomate y su uso tradicional

Los orígenes del tomate y su uso tradicional

El tomate es botánicamente una fruta, pero lo consumimos principalmente como una verdura. Curiosamente, hasta el año 1820 en Norteamérica se creía que el tomate era venenoso y no se consumía, lo que da nombre al “efecto tomate”, un término que se usa para describir la negación por parte del establecimiento médico de terapias altamente efectivas porque van en contra de la sabiduría convencional.[1]

El tomate es originario de la región andina de América del Sur, pero ahora se cultivan en todo el mundo. China es el mayor productor de tomates del mundo, seguida por los EEUU, Turquía, India e Italia.

Los tomates silvestres son muy diferentes de los tomates rojos y jugosos a los que estamos acostumbrados. Son pequeños (mucho más que un tomate cherry), tienen un sabor ácido y suelen ser de color naranja o amarillo. A diferencia de las versiones híbridas de hoy en día, los tomates silvestres son muy resistentes y pueden crecer en todo tipo de climas extremos. Lamentablemente, debido a los métodos modernos de agricultura comercial y al uso de herbicidas, los tomates silvestres están al borde de la extinción.

Los primeros en cosechar los tomates fueron los misteriosos pueblos del imperio inca. Más tarde llegaron al norte a través de los mayas de América Central y a la rica civilización azteca de México. Los aztecas cultivaron los tomates a grandes escalas y lograron mejorar su aspecto y sabor, produciendo variedades más grandes y dulces, similares a los tomates cherry de hoy en día. De hecho, el nombre que conocemos hoy en día proviene de la palabra azteca xitomatl, “fruta hinchada”. Fueron los españoles en el siglo XVI quienes trajeron los tomates por primera vez a España y de ahí fueron extendiéndose por Europa.

Se dice que los aztecas de México y los pueblos indígenas del suroeste de Estados Unidos no solo consumían tomates como parte de su dieta, sino que también creían que consumir semillas de tomate les permitía comprender el futuro y abrir sus mentes a conocimientos de otro mundo.

Estudios científicos sobre el tomate: todo un superalimento

El tomate ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares gracias a su capacidad antioxidante y su capacidad de inhibición de activación plaquetaria. Su compuesto más estudiado es el licopeno, un antioxidante asociado con una menor incidencia de varios tipos de cáncer y otros beneficios para la salud. Además, el tomate ha demostrado ser útil en la reducción del colesterol malo, el tratamiento de alergias y asma, y la prevención de enfermedades neurodegenerativas y problemas de salud bucal. Vamos a ver varios estudios que acreditan todas estas propiedades beneficiosas.

El tomate puede ser esencial para prevenir enfermedades cardiovasculares. No solo inhibe la oxidación del colesterol por su actividad antioxidante, sino que también reduce la hiperactividad de las plaquetas, importante en la aterosclerosis. Las plaquetas participan en la coagulación arterial y la inflamación desde la infancia. Suprimir esta hiperactividad podría beneficiar no solo las enfermedades cardíacas, sino también el cáncer y las alergias, ya que en estas enfermedades la inflamación también juega un papel importante.[2]

Un estudio in vitro comparó 16 frutas en inhibir la activación plaquetaria, y el tomate fue el más efectivo.[3] Los componentes antiplaquetarios del tomate son solubles en agua y estables al calor, concentrándose en el líquido alrededor de las semillas. Podemos cocinar los tomates sin perder los beneficios; de hecho, el contenido de licopeno aumenta cuando se cocinan. Lo más recomendable es consumir los tomates enteros y hacer nuestras propias salsas caseras, ya que normalmente al elaborarlas de forma industrial esta parte se descarta.

Estos resultados in vitro se replicaron en estudios con personas con diabetes y personas sanas. En personas con diabetes, el jugo de tomate diario durante tres semanas redujo significativamente la activación plaquetaria.[4] En personas sin patologías, el efecto del tomate fue mayor que el de la aspirina, ya que afecta múltiples vías de activación plaquetaria.[5]

El tomate contiene licopeno, un antioxidante que se encuentra también en pimientos rojos, sandías, guayabas y papayas. Niveles altos de licopeno en sangre se asocian con un menor riesgo de cáncer de colon, pulmón, estómago y próstata. En un estudio, personas con crecimientos precancerosos tenían un 35% menos de licopeno en sangre (indicando un consumo más bajo de tomate que en grupo de control).[6] Otro estudio vinculó el consumo regular de salsa de tomate con un 23% menos de riesgo de cáncer de próstata.[7]

Curiosamente, el licopeno en suplementos no ha demostrado tener la misma eficacia que el consumo de tomates enteros, y en grandes cantidades puede ser proinflamatorio. Esto se debe a que el tomate entero ofrece una combinación de compuestos que interactúan entre sí y con otros alimentos, potenciando o amortiguando los efectos. Compuestos como el fitoeno, fitoflueno y licopeno, en bajas concentraciones separadas, tienen poco efecto, pero juntos suprimen el crecimiento del cáncer de próstata.[9]

el tomate cocido tiene más licopeno que el crudo

En cuanto a la forma de consumir el tomate, resulta significativo que obtenemos más licopeno de los tomates cocidos que de los crudos: hasta cuatro veces más.[10] El zumo de tomate puede reducir el colesterol malo en un 13%, tratar con éxito las alergias estacionales e incluso ayudar a tratar el asma.[11] El concentrado de zumo de tomate también es una de las mayores fuentes de potasio, lo que puede ayudar a prevenir el riesgo de accidente cerebrovascular.[12]

Un estudio reciente en la revista Neurology encontró que una dieta rica en flavonoles, presentes en los tomates (y otros alimentos como la col rizada, brócoli, alubias o manzanas), reduce el riesgo de Alzheimer en un 48%. El kaempferol y el isorhamnetin, que encontramos en productos de tomate y verduras de hoja verde respectivamente, se asociaron con la mayor protección contra esta enfermedad.[13]

El consumo de tomate también es útil para prevenir y tratar la gingivitis y la periodontitis. Un estudio mostró que el licopeno equivalente a un tomate diario reducía la gingivitis más que un placebo y era notable después de solo una semana.[14] Otro estudio encontró que combinar la limpieza dental con licopeno mejoró significativamente la salud bucal.[15]

En cuanto a precauciones sobre el consumo de tomate, no se recomienda cocinar alimentos ácidos como la salsa de tomate en una olla de aluminio, ya que la ingesta de aluminio se ha relacionado con enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.[16]

el tomate según la medicina tradicional china - cómo se usa y qué naturaleza tiene

El tomate según la Medicina Tradicional China

En la Medicina Tradicional China (MTC), el tomate se clasifica como un alimento de naturaleza fría y sabor dulce y ácido. Por su naturaleza fría, se usa para equilibrar el exceso de calor interno, enfriar la sangre y calmar la sed. Esto lo convierte en el alimento ideal para los meses de verano y verano tardío. Además, su capacidad para generar fluidos y calmar la sed lo convierte en un excelente aliado para mantener la hidratación y el bienestar.

En MTC el tomate se emplea para tratar condiciones relacionadas con el calor y la inflamación, como fiebre, irritabilidad, sed excesiva y sequedad en la boca, y también en problemas digestivos como el estreñimiento, por su alto contenido en fibra y capacidad para mejorar el tránsito intestinal. Sin embargo, debido a su naturaleza fría, el tomate no es recomendable para personas con deficiencia de Yang, especialmente en el Bazo y el Estómago (pueden experimentar síntomas como diarrea, debilidad digestiva y sensación de frío en el abdomen).

A nivel medicinal, en China se come un tomate entero al día para ayudar a tratar enfermedades renales. En el antiguo texto médico Lu Chun Ben Cao se considera que los tomates son beneficiosos para todo el cuerpo, especialmente para enfriar el calor del Hígado y eliminar toxinas. Los chinos suelen consumir los tomates crudos o en decocción en agua cuando lo usan como medicina.

Hay que consumir el tomate con moderación, integrándolo en ensaladas, salsas y otros platos cocidos. La combinación del tomate con alimentos de naturaleza tibia o caliente puede ayudar a mitigar su frío. Cuando cocinamos tomates con ajo, jengibre o cebolla, que son alimentos tibios, equilibraremos el plato y lo haremos más adecuado para las personas con constituciones más frías.

En la MTC, es importante considerar no solo los beneficios de un alimento, sino también cómo interactúa con otros ingredientes. Por ejemplo, una ensalada de tomate con pepino (también de naturaleza fría) es refrescante para el verano, mientras que un guiso de tomate con legumbres y especias calientes puede ser más apropiado para equilibrar las energías en otras estaciones o en personas con deficiencia de Yang.

tomate y licopeno previene el cáncer de próstata

Conclusión

El tomate es un superalimento que ha sido valorado desde la Antigüedad por los pueblos de América Central y América del Sur. Al importarlo los españoles acabó introduciéndose en numerosos platos tradicionales de todo el mundo, como el gazpacho, la salsa boloñesa o los curries indios, y, por supuesto, es un ingrediente clave en las ensaladas.

Tiene numerosos beneficios para la salud: es un potente antioxidante, reduce la hiperactividad plaquetaria (previniendo e incluso ayudando a tratar enfermedades cardiovasculares), por su efecto antiinflamatorio puede ayudar a tratar alergias y asma, disminuye el riesgo de muchos cánceres, especialmente el de próstata, y el riesgo de padecer Alzheimer. El tomate incluso mejora la salud bucal, ayudando a tratar la gigivitis y periodontitis.

También en la Medicina Tradicional China se utiliza el tomate como parte de una dieta equilibrada y como elemento para aliviar el calor interno y externo. Es especialmente beneficioso para eliminar toxinas y enfriar el calor del Hígado, pero por su naturaleza fría no se recomienda en personas con debilidad de Yang. Es importante observar cómo se cocina y con qué alimentos se combina para determinar su efecto energético.

Descubrir los alimentos comunes y económicos de los que nos rodeamos nos ayuda a apreciarlos e integrarlos en nuestra dieta, pero lo más importante es observar la totalidad de nuestra dieta. Más que el consumo de uno u otro alimento, es el conjunto de todo lo que comemos lo que determina nuestro estado de salud y sensación de bienestar. Una alimentación basada en plantas y alimentos integrales, que incluya el tomate y otros superalimentos propios de cada estación, es la más antiinflamatoria y antioxidante que se ha estudiado, y no solo previene sino que también es capaz de curar muchas de las enfermedades crónicas más comunes de nuestros tiempos.

Si quieres descubrir más superalimentos del verano, entra en mi artículo: Alimentos medicina del verano.

tomate anticancerígeno y antiinflamatorio

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Referencias

  1. Goodwin JS, Goodwin JM. «The tomato effect. Rejection of highly efficacious therapies». JAMA. 1984 May 11;251(18):2387-90.
  2. AK Dutta-Roy. «Dietary components and human platelet activity». Platelets. 2002 Mar;13(2):67-75.
  3. AK Dutta-Roy, L Crosbie, MJ Gordon. «Effects of tomato extract on human platelet aggregation in vitro». Platelets. 2001 Jun;12(4):218-27
  4. SA Lazarus, K Bowen, ML Garg. «Tomato juice and platelet aggregation in type 2 diabetes». JAMA. 2004 Aug 18;292(7):805-6.
  5. N O’Kennedy, et al. «Effects of tomato extract on platelet function: a double-blinded crossover study in healthy humans». Am J Clin Nutr. 2006 Sep;84(3):561-9.
  6. Erhardt JG, Meisner C, Bode JC, Bode C. «Lycopene, â-carotene, and colorectal adenomas». Am J Clin Nutr. 2003;78:1219-1224.
  7. Giovannucci E, Rimm EB, Liu Y, Stampfer MJ, Willett WC. «A prospective study of tomato products, lycopene, and prostate cancer risk». J Natl Cancer Inst. 2002;94:391-398.
  8. Sporn MB, Liby KT. «Is lycopene an effective agent for preventing prostate cancer?» Cancer Prev Res (Phila). 2013 May;6(5):384-6.
  9. Sapone A, Canistro D, Melega S, Moles R, Vivarelli F, Paolini M. «On enzyme-based anticancer molecular dietary manipulations». J Biomed Biotechnol. 2012;2012:790987.
  10. A. L. Garcia, et al. «Long-term strict raw food diet is associated with favourable plasma beta-carotene and low plasma lycopene concentrations in germans». Br. J. Nutr., 99(6):1293-1300, 2008.
  11. Yoshimura M, et al. «An evaluation of the clinical efficacy of tomato extract for perennial allergic rhinitis». Allergol Int. 2007 Sep;56(3):225-30. Epub 2007 Jun 1.
  12. D’Elia L, Barba G, Cappuccio FP, Strazzullo P. «Potassium intake, stroke, and cardiovascular disease a meta-analysis of prospective studies». J Am Coll Cardiol. 2011 Mar 8;57(10):1210-9.
  13. Holland TM, Agarwal P, Wang Y, et al. «Dietary flavonols and risk of Alzheimer dementia». Neurology. Enero 29, 2020.
  14. Chandra RV, et al. «Efficacy of lycopene in the treatment of gingivitis: a randomised, placebo-controlled clinical trial». Oral Health Prev Dent. 2007;5(4):327-336.
  15. Arora N, Avula H, Avula JK. «The adjunctive use of systemic antioxidant therapy (lycopene) in nonsurgical treatment of chronic periodontitis: a short-term evaluation». Quintessence Int. 2013;44(6):395-405.
  16. Verstraeten SV, Aimo L, Oteiza PI. «Aluminium and lead: molecular mechanisms of brain toxicity». Arch Toxicol. 2008 Nov;82(11):789-802. Epub 2008 Jul 31. Review.

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